todo fue tan sencillo como sonreír, bajar las pestañas como sólo tú sabes hacerlo y decir "hey, boss, me puedo tomar la mañana que tengo ene trámites pendientes?". y claro, boss nunca dice "no", no a ti, al menos.
y levantarse temprano, ir al centro de la ciudad, dispuesta a esperar y cruzar los dedos para que te atiendan antes que mueras de vieja. porque sí, porque detestas esperar, porque estar en una habitación llena de extraños te da poco menos que asco. demasiada lata. una y otra vez.
y correr, de un lugar a otro, ministerios, embajadas, consulados y demás. caminas demasiado, varias cuadras, más de las esperadas, porque no queda tan lejos, porque tienes ganas de caminar, porque te gusta, porque hace mil no vas al centro. porque te recuerda otro lugar, porque es miércoles por la mañana y amaneciste así, ansiosa, ligeramente hiperactiva. en fin...
pasado mediodía. tomas el metro. camino al trabajo, porque eres responsable, o porque al menos hoy, quieres creer eso. ok, para ser sinceras, quieres ir porque eres buena en lo que haces y te encanta eso.
decía que tomas el metro, ya no falta nada para llegar a destino, y de pronto... plaff... el tren se tambalea, sientes un golpazo y un chillido... algo desgarrando y luego te enteras que eso que se desgarra son tus recuerdos... curioso cómo ciertos eventos gatillan tus recuerdos.
luego te enteras, una mujer, edad indefinida, no aguantó más. no soportó la idea de otro día acá. y así, tan sencillo como eso, se tiró de cabeza al vacío, enfrentando sus miedos.
un guardia resumió la situación. emol la confirmó. y tú, cierras los ojos e intentas no ver. no quieres ver. te niegas a ser partícipe de eso. jamás reconocerías que tú también sientes miedo.
tú jamás reconocerías públicamente que eso te afectó. incluso, bromearías al respecto, lo sabes. "si será desconsiderada, mira que interrumpir viajes ajenos..." porque claro, tú eres así, no soportas demostrar vulnerabilidad. eso lo dejas para alguien más.
y nada, discretamente te enjugas esa lágrima inoportuna y sigues camino a la oficina.
tan sólo una anécdota más.
pd: me sigo preguntando qué hizo betty adler cuando luchito se aventó al tren... esa pregunta me persigue...a dónde te vas cuando se van?