adoro esto. llegar de madrugada y sentarme a escribir con la adrenalina a mil, las ganas, las ideas desordenadas, el cuerpo aún en movimiento.
sí, fui a bailar.
unos tragos, buena compañía y un concierto de un grupo prescindible pero ponedor. dar saltitos y cantar, aún sin saber la canción.
y confirmé algo que ya había olvidado. siento una (irremediable) atracción por los chicos malos. me gustan del tipo protagonista, no espectador. alguien con iniciativa, que tome el control. demasiados recuerdos de mi pasado.
pero no, ya no. tengo veintiséis (si me preguntan lo negaré) y ya no soy esa stupid girl.