estaba aburrida, calibraba maneras de escapar de una sobremesa demasiado larga y no se me ocurrió nada mejor que llevar a mi hermana a conocer el forestal. our very own central park, digo, y ella sonríe, la misma mueca forzada que ya es seña familiar.
un paseo entretenido, un café y algo que no sé muy bien qué es.
tarde de museo, caminata larga y un chocolate y un café. el MAC estaba ahí no más, nada espectacular, pero entretiene igual. a la salida comprar algo que nos haga reír, en este caso una media nylon con forma de animal. ella una elefanta celeste llamada celestina, y yo un hippo morado llamado max. y jugar, y reír, y hablar incoherencias en voz demasiado alta. lo de antes, lo de siempre.
mostrarle lo poco que conozco de la zona, el cine, películas que hemos visto, que deberíamos ver, café, esa librería a la que preferirías no entrar. objetos de diseño, cosas utilitarias para adornar. seguimos cmainando, le cuento parte de la historia, que ya es historia, y de pronto, pum, paf, zas, se larga a llover. y tú, noe, dime dónde estás cuando más te necesito. saca tu arca, no sé, rescátame de este diluvio que me arruina algo más que el peinado y la chaqueta esa de cuero que me gusta tanto. no permitas que esta lluvia limpie el buen estado en el que me encuentro.
y aunque mi conciencia y esa voz que prefiero no escuchar diga que no puedo ser así, drama queen, reina de las inestables, yo te digo cállate y déjame disfrutar ese momento. porque estoy animada y es más de lo que merezco. y pienso prolongar este instante lo más que pueda, my friend.