todo tan fácil como empezar la semana con un trago en la mano. tú no, claro. porque no tomas, porque te hace mal, porque ya te olvidaste a qué sabe la sal. sprite zero con una rodaja de limón y harto hielo. eso sí, eso siempre. no importa el lugar, la gente.
hoy sí, claro que importa. no te engañes, siempre. uno de esos cafés con terraza, ideales para noches templadas donde lo único que se enfrían son las ganas de llorar. salir, pasear, conversar.
dos amigas, tan solteras, que se cuentan sus miedos, sus penas.
y qué planes para tienes para ser mejor estos próximos siete días? esa pregunta así, tan directa, te fulmina, te quedas callada, piensas. respiras hondo, suspiras. algo tan simple como salir este sábado y no quedarme tirada en cama. eso. salir, intentar integrarme a esta ciudad, que honestamente ni me viene ni me va. saldré sí y me sobrepondré a este infierno. porque sí, proque tengo veinticinco y tengo miedo. no me seguiré hundiendo. debo salir.
ahora o nunca, pienso.