ya estás acá. ya fuiste a trabajar. ya te recibieron. dicen que te extrañaron. todos muy amables y sin embargo, aún te cuesta creerles. porque nadie "en su sano juicio" podría extrañarte. porque eres la contradicción hecha persona, un carroussel emocional, sube-baja-sube-baja-baja más.
volver implica algo más que pasar horas en un aeropuerto viendo a gringos apestosos tomar demasiadas cervezas. es más que comprar por aburrimiento en el duty free o pagar el triple por una artesanía que se ve más fina que en el mercado artesanal al que fuiste dos días atrás. volver no es sólo hacer dos maletas, ni llorar al saber que, efectivamente, te vas.
volver es, saber que no tienes idea que queires con tu vida, que te da lo mismo estar o no estar. aún no sabes en qué momento te volviste tan pragmática o tan cobarde, pero si regresas es porque te conviene, porque les conviene y tú ya estás cansada de luchar.
así que dejas que otros hagan tu maleta, que otros solucionen tus problemas de equipaje, que alguien más recoja lo que queda allá. simplemente subes a un avión, y tiemblas las tres horas de vuelo.
el resto es historia.