es curioso, tantos posts, tantas letras perdidas y ni una palabra acerca de mí. me llamo d., creo que ya lo dije y tengo veintitantos. más pocos que tantos, pero eso ya es mi problema. vivo con a., papá. y v. su mujer. también con mt, la hija de v. ahora somos una familia de cuatro, una de esas típicas no-familias, funcionales, que exudan perfección y donde todos se lleven mejor de lo que en realidad debería ser. cuestión de adaptarse al medio, creo.
todos creen que estoy mucho mejor de lo que aparento. todos creen que siempre fui señorita perfección. recién graduada con las mejores notas en la universidad, obviamente, una carrera tradicional, medianamente inteligente, entretenida, con sentido del humor y hartas ganas de ayudar. de esas que ayudan a la mamá y trabajan medio tiempo para pagarse los gastos.
nada de eso es cierto. o sea, sí pero no. saqué buenas notas, claro, pero porque esa carrera era demasiado fácil para mí como para no ser la primera. porque más difícil hubiera sido enfrentar la verguenza de no ser todo aquello que se espera. y si ayudé fue porque no me quedó de otra. porque cuando ciertos roles quedan vacíos, alguien tiene que llenarlos, sin importar quién sea. y ya no importa si sabes hacerlo o si quieres o deberías...sólo sabes que nadie más lo hace y que alguien tiene que responsabilizarse por eso. y lamentablemente, tú eras quien estaba más cerca. asumir eso no implica joderse con ellos.
ahora las cosas han cambiado. ya nadie necesita a nadie y se siguen los caminos trazados. ahora yo estoy en otro país, otra ciudad, otra vida. una más fácil pero más complicada. contradictorio, pero cierto. con otras exigencias, con otras recompensas.
ahora estoy aquí, extrañando a m.
m. supongo que hablaré de eso en otro post.
m. merece algo más que un post propio.
m. merece todo lo que tengo.